Antes de lanzar un producto al mercado, además de plantearnos su diseño, el diseño del packaging y la marca bajo la cual lo vamos a comercializar, entre otras cosas, tendremos también que comprobar que el etiquetaje del mismo cumple con las leyes aplicables a nuestro producto.
Y es que hay muchísimas normas que regulan el etiquetaje de los productos. Así, además de existir una normativa general que el etiquetaje de cualquier producto debe cumplir, existen multitud de normas específicas dependiendo del producto de que se trate que también tengamos que tener en cuenta.
Así, por ejemplo, existe normativa que regula el etiquetaje de los productos alimenticios, y dentro de éstos, normativa que regula el etiquetaje de productos lácteos, de la miel, y de muchos otros, también existe normativa específica que regula el etiquetaje de las bebidas alcohólicas, de los productos textiles, de los productos de limpieza, de los juguetes, de los productos cosméticos, de los productos de limpieza y de un sinfín de productos más.
Esta normativa suele establecer cuáles son las menciones obligatorias que han de aparecer en el etiquetado de nuestro producto, pero también, en ocasiones, cuál ha de ser el tamaño de algunas de esas menciones o el lugar del envase/etiqueta en qué han de aparecer.
Es pues muy importante tener en cuenta qué normativa tiene que cumplir nuestro producto y cumplir con la misma en el momento en que lo lanzamos al mercado. De lo contrario, arriesgamos a que las autoridades correspondientes nos impongan sanciones económicas y nos impidan incluso la comercialización del producto.
Mònica López